martes, 25 de noviembre de 2008

This is radio CLASH!!! / Juan Pablo Prado

Hablar de The Clash es hablar del mundo y su guerra fria. Hablar de The Clash es como hablar de Los Prisioneros en el Chile de los 80 (guardando lógicamente las proporciones) porque hablar de los Clash no solo es hablar de un grupo de punk rock, hablar de The Clash es hablar de la banda mas influyente de dicho fenómeno socio-político (nótese el apelativo), que el mundo vivió a fines de los 70.
No eran la imagen pop del punk, como si lo fueron los Sex Pistols, no eran un grupo de melenudos nerds cantando canciones de colegio y espinillas. Eran por ese entonces una banda de rock perseguida por Scotland Yard (Police on my back), una banda que no tenia problemas en gritar I’m so bored with the USA, en el propio Estados Unidos. Y disculpen que en este texto se note tanto mi fanatismo, pero creo que a todos los que amamos la música mas que a la madre, sabran entender que cuando te agarra un banda no te suelta mas, y eso fue lo que me paso con The Clash.

¡¡¡Es un sentimiento, no puedo paraaaaar!!! Así como se canta en el tablón.

Recién el 2006 puse oído a la música y el crossover que los Clash hicieron con el Reggae y el Ska. Recién en el año 2006. Año en que Santiago y Chile por completo ardían al fulgor de las tomas de colegios y universidades, ese año 2006 fue cuando The Clash tomo sentido para mi y sus letras se tornaron carne en mi discurso.
Más o menos era el mes de mayo y fuimos a la toma del Liceo de Aplicación para ver la tocata que los pingüinos tenían preparada para esa noche. Llame a mi casa y mi vieja se enojo conmigo, claramente no me podía perder ese momento, que a mis ojos seria histórico. Pasaron muchas bandas, entre ellas, Besos con Lengua, la banda proyecto de Colombina Parra, Ximena Cubillos y la exquisita Juanita Parra. Que nombre más bien puesto por Dios. La gente estaba extasiada y el contundente rock del trío de las féminas mas sexis del pais era la mejor antesala para el plato fuerte que se venia, los Fiskales ad hok.
Ese mayo, fue nuestro mayo francés. Por unos meses quisimos cambiar todo, quisimos que todos los cimientos de la sociedad se destruyeran por completo y hacernos la revolución interna, crear para creer y dar vida al hombre nuevo, lamentablemente a todas las revoluciones las acompaña el boicot y así como ocurrió con el punk, los sueños se fueron dilatando, Jamás olvidando.
En ese año 2006 comprendí en parte que es el Punk Rock, comprendí que no es llevar una A encerrada en un círculo, ni menos, cultivar un mohicano multicolor. Ese año 2006, el año en que conocí la más inteligente forma de organizar el descontento y lo vigente que son las letras de Joe Strummer y compañía, me di cuenta que mientras exista critica en mis palabras, los sueños no se van a ir tan rápido de mi corazón.
Lo mas seguro es que The Clash, jamás salga de mi cabeza.


domingo, 23 de noviembre de 2008

Somos torpes, pero amamos. / Por Viviana Gallardo H.

A veces lo veo caminar frente a mí, pero no está. Todavía creo oírlo. El ya no escucha música en este sitio, pero yo siempre guardo sus canciones. A veces nos reíamos tanto que yo no era capaz de creer que vivíamos en este mundo. Yo le decía que éramos una película y que por favor me dejara escribir el guión. El no quería escribir guiones, lo suyo siempre fue la poesía.
Sus chaquetas siempre tenían polvo, mis zapatos también, no nos importaba ser viejos siendo tan jóvenes porque envejecer era lo mas cercano al cielo. Soñábamos con ser rockeros y rayar todas las paredes con lo que un día dijimos en el año 2006. A mi no me estaba gustando el año 2006, hasta que apareció el. Tan distintos a veces, el era el silencio que necesita el mundo y yo era la voz que lo acompañaba.
Un viernes los dos mirando el techo. Era casi como volver al pasado, no dejábamos de acordarnos de aquella antigua vez en que nos escondimos de todos y miramos el techo de la misma manera. Ahora yo miro el techo, pero el ya no está.
Muchas veces somos torpes cuando amamos, benditos aquellos que no lo son. Soñamos y despertamos junto a alguien, nos despedimos antes de subir a la micro y lo miramos por el vidrio creyendo que el fin no va llegar jamás. A veces no besamos porque tenemos rabia, pero la rabia debería aparecer cuando ya no puedes besar nunca mas a la persona que tanto amas. La rabia te ciega y te impide vivir los momentos, ahora los momentos están, pero solo te encuentras frágil y solo frente al mundo, sabes que eres torpe y te odias a ti mismo por serlo, pero a veces es demasiado tarde.
Hay dolores tan fuertes como los de la muerte, uno de ellos es saber que nunca más podrás ver al otro. Sales a la calle y lo buscas por si se esconde, gritas su nombre y solo las estrellas son receptoras. Ya no quieres ni dormir ni comer ¿Para qué vas a seguir haciéndolo? Ya no quieres dormir porque no dejas de soñar con el y no quieres comer porque ya no quieres tener fuerzas para seguir sintiendo.
A veces sueñas con que el doctor te recete pastillas para dormir y que tu sueño sea tan largo que despiertes muchos años después y el dolor sea solo un recuerdo. No dejas de rezarle a Dios porque todo se solucione y que te quite la facultad de ser torpe. Tan sensibles que somos a veces, en nuestro afán de hacer triunfar nuestra sensibilidad destruimos lo que tanto habíamos soñado.
Yo siento que estoy perdiendo o ya perdí a la persona que mas había querido en la vida. Queríamos ir a ver juntos 199 recetas para ser feliz (la película que comentó mas abajo mi compañero) y después ir al mítico Don Pepe a decirnos que nunca nos íbamos a separar. Quizás en el verano volveríamos a Valparaíso y nos tomaríamos la mano para ayudarnos a subir el cerro. A lo mejor un día el ganaría premios y yo lo acompañaría a celebrar. Tal vez un día yo escribiría una novela y se la dedicaría a el. Quizás, quizás, quizás.
Somos torpes, pero amamos. Somos torpes, pero no queríamos que este fuera el castigo. Todavía seguimos soñando con un final feliz o con una llamada que te ayude a no sufrir más. Estoy esperando y hasta el día de mi muerte lo seguiré haciendo.

viernes, 21 de noviembre de 2008

A mi se me murió un amigo / Viviana Gallardo H


A mi no se me murió un amigo, se me murió una amiga. Yo no dejo de acordarme de ese día, porque el estomago duele tan fuerte que te dan ganas de no tener estomago. Ni estomago ni huesos, porque los huesos te obligan a estar parado y uno lo que menos quiere es estar parado.
A mi se me murió una amiga y yo no supe que hacer. Soy tan torpe que hasta pensé guardarme la noticia, sufrir en silencio y no amargar a nadie con la noticia. Uno piensa cosas muy absurdas cuando se muere una amiga, digamos que se pierde la razón. La idea de no contar nada duró solo 2 minutos porque después las palabras salían y yo ya no dominaba nada.
A mi se me murió una amiga y era 24 de diciembre. El 24 de diciembre uno envuelve regalos, no se viste de negro. A mi me dijeron que mi amiga se había muerto en un choque y que su novio había sobrevivido y yo odié tanto al novio que estoy segura que pequé de tanto odiar.
Mi amiga era de esas personas que jamás se piensa que va a morir en un auto chocado a las 6 AM. Ella era de esas personas que uno imagina con muchas hijos, muy bonita de vieja y publicando un libro. A mi me gusta escribir, pero digamos que a ella le gustaba mas.
Dejamos de envolver regalos y fuimos a su casa. ¿Alguna vez viste una película sobre los días de la post guerra? El campo de batalla es solo un desierto de cielo nublado y el piso de ese color que toman todas las cosas que alguna vez se han mezclado con sangre. Entonces llegamos y su casa era como un día de la post guerra. Todos estaban vivos y todos estaban muertos. Y no había sangre, pero el dolor era tan grande y casi se veía.
A mi se me murió una amiga y yo no supe que decirle a su madre. Yo pensaba, y aún pienso, que todas esas cosas que se dicen por cortesía no deberían ni pronunciarse. El silencio es mejor.
Sobre el ataúd había una foto de mi amiga graduándose y me acordé de las noches enteras que pasó estudiando para poder terminar bien ese año ¿Y para qué?
A mi se me murió una amiga y yo odié la navidad. Odié a los que estaban felices abriendo regalos porque tenían paz y yo que siempre busqué vivir en paz supe que jamás iba a poder tenerla. Pero más odie que algo superior fuera capaz de ir y robarle todo lo que ella siempre había soñado ser. Su vida era triste, pero ella seguía soñando con que un día iba a dejar de serlo. Lastima que no alcanzó a ver ese día.
A mi se me murió una amiga y yo todos los días miro su foto. El dolor de estomago no se va ir jamás.

jueves, 20 de noviembre de 2008

"Me lo perdí!!!" / Hugo Hinojosa

Ayyy la música, ¿que cosa más extraña no? en el fondo quiero hablar de ella, pero como en el cuento de Borges, es un jardín de senderos que se bifurcan, va abarcando más lugares, más conexiones impensadas. Una canción marca nuestras vidas, también bandas, pero actualmente también priman otros elementos, como el señor dinero. ¿Y de que va todo esto? Que en pocas semanas ya me he perdido varios conciertos de bandas queridas por mi (gustos algo eclécticos por cierto), y todo por no tener un puto mango para asistir. Si, he ido a muchos recitales, he tenido suerte, pero ultimamente esta no ha estado de mi lado, y me he quedado en el lado de los que no fueron, debiendo repetir varias veces como un mantra de rostro lánguido: "me lo perdí". El sentimiento de congoja se acentúa cuando no eres el único, cuando tu amigo también queda fuera, y el resultado se va tornando en algo exponencial, se transforma en un caudal de desencanto. Quizás es algun tipo de tristeza banal, comparada con los dolores frecuentes del mundo, pero es que esa es la fuerza de la música, el generar las emociones más contradictorias. Y ves aquella banda que escuchas cada día, y se te erizan los pelos, terminas con una voz desgastada por cantar más fuerte que el del lado, saltas y te mueves queriendo sentirte más vivo que nunca en un mínimo instante del tiempo. Pero cuando te quedas fuera, sí, puedes hacerte el desentendido, pero por dentro sientes que ese momento mágico que era destinado para ti, ha sido negado por agentes externos. ¿que será del día en que uno pueda acceder libremente a la magia del mundo? Mientras, junto mis morlacos para ver si puedo a ver a los cabeza de radio, y no termine diciendo de nuevo "me lo perdí".

pd: juan pablo, si cada día escucháramos The Beatles o The Beach Boys, creéme que estaríamos mucho mejor :D

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cada día ser menos joven / Viviana Gallardo H.

Estamos en tiempos tristes. Vivamos el invierno en el verano. La gente se divorcia y los niños ya no juegan en la calle. El metro cada día tiene menos aire y nos ahogamos sin leer un puto libro. Los libros y las peliculas son necesarios cuando crees en ellos. ¿Para que demonios vas a leer Romeo y Julieta si no crees en la muerte como unica solución al dolor de haber perdido al otro? Estamos en un periodo de ausencia de escritos y guiones, ya no leemos profundidades por la noche, el miedo principal es tener el espacio para pensar, las revistas son mejores y mas aún si no hablan de nada. Tenemos miedo del cine de Kieslowski y del dolor transformado en belleza. Le tememos porque sabemos que la vida no tiene soundtracks ni colores que caigan sobre nuestras cabezas. La vida puede tener un mal final. Puedes quedarte solo y que tus plantas se queden sin agua, puedes tener sed y caer al lado de tu cama simplemente.Los tiempos tristes duran tanto. El amor podría inundarlo todo y hablar en primera persona. Estamos aburridos de esperar. Odiamos las esperas, odiamos nunca dejar de hacerlo.Tengo miedo del verano, yo no quería estar nunca de vacaciones, es triste darse cuenta que dejamos de ser niños, ahora le tememos al tiempo libre.

martes, 18 de noviembre de 2008

Las 199 + 1 recetas para ser feliz / Juan Pablo Prado


Si alcanzar la felicidad fuera cosa de agarrar un libro y sacar algún consejo (y ojo que existen libros así) seria un ejercicio fácil y bastante recurrente ante la crisis que hoy el mundo nos pone por delante.
En 199 recetas para ser feliz también se trata de develar el misterio. ¿Cómo mierda podemos ser felices? Comer chocolates hasta decir basta, es una solución que a mi me acomoda bastante o que en todos los supermercados y tiendas pusieran temas de los Beach Boys, podría ser una muy buena alternativa. Pero como muchas cosas en la vida, alcanzar la felicidad es mucho mas complicado.

¿Se puede ser feliz completamente? Yo creo que no, la esencia egoísta del ser humano lo impide. Pero si podemos por lo menos, estar un poco más tranquilos con la sociedad y con uno mismo, y no necesariamente meditando y elevando el ser interior profundo hasta alcanzar el nirvana. Son cosas muchísimo mas simples y que por lo general no nos planteamos. La película nos regala varias “recetas”, las cuales son muy sensatas. Querer lo que uno hace, aceptarse tal cual se es y no vivir anclado en los recuerdos y las nostalgias, son una de las tantas recetas que uno puede codificar en el transcurso de la película y hacer propias.

Hoy, al ya haber visto la peli me pregunto, ¿soy un hombre feliz? Por muchas cosas podría decir que si; lo soy. Tengo una novia a la que amo, amigos, una sobrina que cada vez que la veo me vuelve loco y mis discos. Aunque también podría decir que por otros aspectos no soy completamente feliz como yo quisiera ser.
Viendo los 80 me di cuenta lo bueno que hubiera sido vivir mi adolescencia con la figura de mi padre. Ese tema especialmente me hace un poco infeliz, pero si pongo en la balanza las cosas que me suceden hoy por hoy, lo positivo gana, aunque sea por nariz.
Si tuviera que dar una receta para ser feliz diría que todo lo que necesitamos es amor, así mismo. All you need is love, amor para entregárselo a los amigos, amor para darse cuenta que uno en este mundo no es un engranaje mas, amor por saber que los que se fueron, se convirtieron en energía circulante en este mundo y que perfectamente pueden ser el árbol que cada mañana nos da sombra cuando el sol inclemente nos atraviesa con sus filosos cuchillos, amor para valorar el trabajo que hacen los desconocidos, amor por sobre el egoísmo, amor cuando queremos dar comienzo a una historia sin saber el fin, amor cuando el tiempo se hace inclemente y tenemos que poner el hombro, amor por defender la justicia, amor para rechazar la arrogancia y la violencia y amor por la libertad en todas sus manifestaciones. Si pudiéramos hacer ese fácil ejercicio, la vida hoy por hoy, seria algo más llevadero. Por mas que el mundo no fomente eso.

Volviendo al tema de 199 recetas para ser feliz, podría decir que es una buena película, que requiere de segundas lecturas y que es de los buenos estrenos de este 2008 que ya nos deja.
Véala a dos luquitas en el cine arte alameda, cómprese unas cabritas y sea feliz.

lunes, 3 de noviembre de 2008

La cápsula tecnológica/ Hugo Hinojosa

Mi turno de hablarles de tecnología. No hablaré de adelantos, ni del nuevo windows, ni del I phone, ni de su posible competencia. Podría hablarles de lo maravillosa que es, de la manera cuasi prodigiosa en que facilita nuestras vidas. Imagino a aquel hombre, perdido en medio de la ciudad, sin dinero para regresar a casa, y sin ninguna manera de comunicarse con alguien que le ayude. Bueno, tal vez un buen samaritano le guiara en el camino al hogar, cosa que muchas veces se estilaba en el pasado, pero ¿que ocurría si no? pobre tipejo abandonado a su suerte. Ahora, una llamada al celular mas familiar y PAFF, un mundo de alternativas soluciones se abre ante los ojos.
Podría seguir hablando de novedosos beneficios: comunicación al instante, acceso a información en niveles insospechados, etc, etc, etc. Pero como siempre, cuando hay blanco, también hay negro. Ejemplo cotidiano: tarde cualquiera, te comunicas con esa persona por Msn, la conversación se desarrolla fluída, estas en lo mejor ¿Y? se cae la conexión. ¿Quien responde por esos minutos de preciosa intimidad perdidos? Pero está la situación peor. Nuevamente hablando por el tan simpático MSN, no se cae la conexión, todo bien, hasta que alguien hace un comentario complejo, de esos que uno sólo, repito, SÓLO debería hacer a la cara, pero como el tiempo y el espacio apremian, lo haces en ese instante. La hecatombre está ante tus ojos, ves como las palabras se desenvuelven, se cruzan, las respuestas van y vienen, y que queda, una linda mandada la chucha, y tu aún intentando desenrredar esta madeja. En aquel instante de pesar, de desconcierto, sólo desearías volver al clásico cara a cara, o si eres mas osado a un cheek to cheek, pero hay que conformarse con eso, y experar la próxima oportunidad para redimir la culpa.
Último comentario técnológico: el sistema del blog me parece super shori, más aún cuando lo leen.